sábado, 5 de julio de 2008

Y te diran que ya no eres el mismo

Creo que uno de los caminos mas costosos de recorrer para una persona es el de aceptarse a uno mismo, en todos los aspectos externa e internamente, el cuerpo, las maneras, los gustos, los defectos y los errores.

Digo que es un camino difícil porque pienso que a menudo nos ponemos metas complicadas, queremos llegar a ser guapos y fuertes, tener gustos atractivos para los demás, que nos faciliten el relacionarnos, esconder nuestros defectos para que la gente no los vea y no asumir los errores porque parece que equivocarse no nos está permitido.

Dar el primer paso en ese camino cuesta. Es como si tuvieras que subir al Kilimanjaro y supieras que arriba, en la cima, te espera un espejo que te va a mostrar lo que tu ya sabes, lo que tu mejor conoces, pero lo que peor reconoces: a ti mismo. Y antes de ese primer paso piensas “oh dios,… ¿merece la pena?

Y si, la merece y mucho. Das el paso, y nada mas darlo, nada mas comenzar la escalada ya te estas arrepintiendo, no te gusta, esto no puede ser, esto no “debe” ser asi… y sigues dando pasos y mas pasos y te vas dando cuenta que cuanto mas alto subes mas autentico te sientes, mas real, que no necesitas dar tantas explicaciones, que las cosas que te gustan, que te emocionan, que te enfurecen están ahí y no hay mas vuelta de hoja. Es así

Pero este camino, es un camino largo. No por la distancia, sino porque es muy fácil que cada cierto tiempo nos asalten las dudas, nos de miedo. Volvemos atrás, borramos el camino ya hecho para encajar de nuevo, para sentirnos comodos con nuestro entorno.

Sin embargo cuando desandas lo andado ya no te sientes tan autentico, tan tú, te sientes actor en tu vida y caes en la cuenta de que el camino no se hace solo. El camino para aceptarse se hace de la mano de todo lo que te rodea, de todo tu mundo. Resulta que proyectamos una imagen de nosotros para ser aceptados y encajar, y cuando queremos dejar de proyectar para mostrar la verdad habrá personas que sentiran que les gustas mas ahora y otras que les gustabas mas antes, personas que recorrerán contigo el camino, marcándolo cada vez mas, haciéndolo imborrable, y personas y trataran de pararte, de decirte “esto asi no” “por ahí no vas bien” “esto no lo puedes hacer”, y tratarán de borrar con los pies tu camino, no por maldad sino porque te quieren o porque te querían. Porque “el hombre es un lobo para el hombre” y mostrarse tal y como se es puede darte problemas.

Y el drama llega cuando tu llevas escalado tanto que no puedes volverte, porque pesa mas lo ganado, porque nunca pensaste llegar tan alto y quieres seguir, y quieres ver ese espejo porque ya no le tienes miedo (o se lo tienes, pero menos a menudo); entonces miras hacia abajo y ves esa gente q grita, q pisotea el camino, q no entienden que bicho te ha picado, los ves y rezas. Rezas porque no se queden rezagados, y porque tu, al seguir subiendo dejes de oírlos, de verlos y de entenderlos también, porque no entiendes que no te entiendan.

“ Y te dirán que ya no eres el mismo,

Porque no te pueden reconocer.”

Centoundici, Tiziano Ferro

No hay comentarios: